lunes, 18 de diciembre de 2017

El ahorro y el endeudamiento



Una vez elaborado el presupuesto debemos comprobar la relación entre gastos e ingresos:

a) Si los ingresos son mayores que los gastos se genera superávit o ahorro.



b) Si los gastos son mayores a los ingresos, tenemos un déficit, tendremos que analizar:

- Si se trata de una situación coyuntural (por un gasto imprevisto puntual), en este caso recurriremos a los ahorros existentes.


- Si se trata de una situación habitual: en esta situación deberemos acudir al endeudamiento o a ajustar el presupuesto.


AJUSTE PRESUPUESTARIO: cuando los gastos son superiores a los ingresos, es necesario equilibrar el presupuesto y ajustar los gastos, para ello será necesario identificar los tipos de gastos y establecer prioridades:

- Debemos determinar los gastos no necesarios o prescindibles y analizar la posibilidad de eliminarlos o recortarlos.

- Hacer un uso racional de los gastos variables necesarios (por ejemplo los suministros, como la electricidad, agua, etc.).


El ahorro

El ahorro es la parte del ingreso que no se destina al gasto y que se reserva para necesidades futuras.

Las motivaciones para ahorar son variadas, entre ellas nos podemos encontrar con las siguientes:

- Atender emergencias o imprevistos: enfermedades, reparaciones en el hogar, accidentes, etc.

- Hacer planes futuros: como por ejemplo la compra de un coche, un viaje, estudio de los hijos, etc.

- Anticiparse a una posible pérdida del puesto de trabajo.

- Complementar los ingresos en la jubilación a través de planes de pensiones, etc.


El endeudamiento

En ocasiones en las que el dinero que disponemos no es suficiente para hacer frente a un pago importante, tanto puede ser por un imprevisto como por una inversión en vivienda u otro bien, es habitual recurrir al endeudamiento.

Los expertos coinciden en que la totalidad de cuotas mensuales destinadas a pagar deudas no debería nunca sobrepasar el 40% de los ingresos netos mensuales. Ese será el límite, por ejemplo, al endeudamiento en una hipoteca. Es decir, que una familia necesita disponer, como mínimo, del 60% de sus ingresos netos mensuales para poder comer, vestirse, pagar las facturas y, con un poco de planificación, ahorrar algo cada mes.

Pero ese 40% es el límite máximo recomendado de endeudamiento total, incluyendo las cuotas de las demás deudas pendientes como préstamos personales, el préstamo del coche, las compras que se han hecho a plazos y la cuota a pagar de tarjetas de crédito.
Cuando la suma de los gastos por endeudamiento supera el límite del 40% de los ingresos, incurrimos en riesgo de sobreendeudamiento.
Artículo relacionado: ¿Cómo mido mi capacidad de endeudamiento? - BBVA





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