jueves, 19 de junio de 2014

¿Por qué los terroristas deberían contratar un seguro de vida?

El pasado 20 de noviembre os recomendaba un libro, Superfreakomics. Como os decía, se trata de un libro entretenido que intenta responder a otro tipo de cuestiones relacionadas con la economía … “metiendo lo Friki en la economía”.

A modo de actividad, a principio de curso propuse a mis alumnos que intentasen contestar a esta pregunta. Creamos un foro para que fuesen proponiendo soluciones a las que yo les iba contestando. Algunos se aproximaron más y otros menos, pero ahí va la solución a esta cuestión …




Horsley, cuando era pequeño, pensaba que le gustaría ser contable. Pero dejó los estudios cuando el padre de su novia le ayudó conseguir empleo como cajero de un banco. Fue ocupando nuevos puestos que iban quedando libres en el banco, ninguno de ellos particularmente interesante o bien pagado. Uno de sus trabajos, de programación informática, resultó un poco más interesante porque le proporcionó “un conocimiento fundamental de la base de datos sobre la que funciona el banco”, según dice.

Horsley demostró ser diligente, un atento observador de la conducta humana y un hombre que distinguía claramente el bien del mal. En cierto momento se le encargó que detectara fraudes entre los empleados del banco, y con el tiempo se especializó en el fraude de los consumidores, que era un peligro mucho mayor para el banco. Los bancos británicos pierden cada año 1.500 millones de dólares con dichos fraudes.



El 7 de julio de 2005, cuatro terroristas suicidas islámicos atacaron en Londres, uno en un autobús y tres en el metro. Hubo 52 muertos. “Personalmente, aquello me dejó destrozado -recuerda Horsley-. Estábamos empezando a trabajar en la identificación de terroristas y pensé que tal vez, solo tal vez, si hubiéramos empezado un par de años antes, ¿lo habríamos impedido?”

Los terroristas del 7 de julio dejaron algunos datos bancarios, pero no muchos. En los meses siguientes, sin embargo, una buena cantidad de personajes sospechosos alimentaron nuestro proyecto de detección de terroristas al ser detenidos por la policía británica. De acuerdo, ninguno de aquellos hombres era un terrorista confirmado; la mayoría no serían nunca condenados por nada. Pero sí se parecían a un terrorista lo bastante como para ser detenidos, tal vez se pudieran escudriñar sus hábitos bancarios para crear un algoritmo útil. La suerte quiso que más de cien de aquellos sospechosos fueran clientes del banco de Horsley.

El procedimiento requería dos pasos: primero reunir todos los datos disponibles acerca de los más de cien sospechosos y crear un algoritmo basado en las pautas que diferenciaban a aquellos hombres de la población en general. Una vez perfeccionado el algoritmo, se podría utilizar para rastrear en la base de datos del banco e identificar a otros malhechores en potencia.



Los posibles terroristas eran predominantemente hombres, generalmente entre veintiséis y treinta y cinco años de edad. Además, tenían una probabilidad desproporcionada de:

- Poseer un teléfono móvil.

- Ser estudiante.

- Vivir de alquiler y no en una casa propia.

Otras características resultaron básicamente neutras, ya que no identificaban a los terroristas de ningún modo. Por ejemplo:

- Situación laboral.

- Estado civil.

- Vivir cerca de una mezquita.

También había algunos indicadores negativos destacados. Los datos demostraban que un posible terrorista tenía poquísimas probabilidades de:

- Tener una cuenta de ahorros.

- Retirar dinero de un cajero automático un viernes por la tarde.

- Contratar un seguro de vida.



Todo esto sugiere que si un terrorista en ciernes quisiera borrar sus huellas, debería ir al banco y cambiar el nombre de su cuenta por otro que no sea musulmán. Tampoco le vendría mal contratar un seguro de vida. El banco de Horsley ofrece pólizas para primerizos por unas pocas libras al mes …


...


Al redactar esta entrada me estaba acordando de uno de mis alumnos que acaban de graduarse en segundo de bachillerato. Ha decidido estudiar el “doble grado en Administración y Dirección de Empresas e Ingeniería Informática” … quizás un futuro Horsley, ¿quién sabe?, a él va dedicada esta entrada.

¡Suerte!


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